¡Ah, donde estoy donde paso, o donde no estoy ni paso,
La banalidad devorante de las caras de toda la gente!
¡Ah, el angustia insoportable de gente!
¡El cansancio inconvertible de ver y oir!
(Murmullo otrora de arroyos propios, de arboleda mia.)
Querría vomitar lo que vi, sólo por la nausea de haberlo visto,
Estómago del alma alborotado de ser yo...
|Álvaro de Campos (fernando pessoa, poesias coligidas )|
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